Con la noticia de que el gobierno atraviesa por un delicado problema de caja, los colombianos de a pie se
Con la noticia de que el gobierno atraviesa por un delicado problema de caja, los colombianos de a pie se han ido familiarizando con ese término: la caja. Según los expertos, a abril de 2024 el saldo en las cuentas era de 4,1 billones de pesos, insuficiente para sufragar todos los compromisos del aparato estatal en el año. En términos simples, el gobierno no tiene caja porque gasta más dinero que el recibido.
Este problema de caja no es exclusivo de los gobiernos sino por el contrario, se presenta con mucha frecuencia en los negocios y emprendimientos privados, sin importar su tamaño. De acuerdo con datos aproximados de la Cámara de Comercio de Bogotá, de cada 100 empresas que se abren, 75 fracasan en los primeros tres años. Y aunque las causas son multifactoriales, finalmente las empresas desaparecen porque llegan a situaciones de extrema iliquidez.
En su libro El pez muere por su boca, las empresas por su caja, el economista y MBA Luis Zarruk, profundiza en este problema que a menudo es subestimado por los gerentes y dueños de las empresas, lo que lleva a la quiebra de las compañías.
La caja, según él, es el dinero en efectivo que una empresa tiene en sus manos o en sus cuentas bancarias y en ese sentido muestra una foto de la liquidez de la empresa en un determinado momento. Para él, es el activo más valioso y se puede gerenciar, “pero lo más importante es la dinámica de la caja, es decir, la película que muestra el día a día de la situación de liquidez de la empresa, a través de una herramienta sencilla, que son los flujos de caja“, explica el autor del libro.
Está claro que las empresas son unos monstruos devoradores de caja. “Uno necesita caja para financiar sus inversiones en equipos, en tecnología, sus necesidades de capital de trabajo, para el pago de impuestos y obviamente para pagar dividendos“, indicó Zarruk.
Pero, como empresario y presidente de empresas manufactureras y consultor y miembro independiente de juntas directivas de importantes empresas del país, Zarruk ha sido testigo de la forma en que se desconoce el día a día de la situación de liquidez o iliquidez del negocio.
Narra en el libro el caso de muchas empresas que tienen utilidades contables, pero no tienen caja y aun así reparten dividendos, lo que pone en riesgo la estabilidad financiera de la empresa y destruye el valor de la misma. Ante esto, el siempre le hace a los empresarios la misma pregunta: ¿Usted qué prefiere: tener caja en sus bolsillos o utilidades en sus libros?
Según él, las utilidades dependen de políticas corporativas, pero la caja no. “La caja es un hecho real, se tiene o no se tiene y en ese sentido los flujos de caja gritan lo que la contabilidad calla”, dice Zarruk.
El libro tiene dos objetivos principales. El primero es invitar a los gerentes y administradores para que dejen de mirar con tanta obsesión las cifras contables y miren con más detenimiento la dinámica de la caja y el impacto de las decisiones estratégicas y gerenciales en los niveles de liquidez de la empresa.
El otro mensaje es que hay muchas y muy variadas herramientas de fácil implementación y que incrementan rápidamente la velocidad a la cual se genera caja en la empresa. “Todas esas herramientas están plasmadas en mi libro porque está escrito desde las trincheras, con pragmatismo empresarial y por un empresario para todos los empresarios del país, independientemente del tamaño de sus negocios“, menciona Zarruk.
A raíz de esta publicación, Zarruk ha sido invitado a dar conferencias sobre los conceptos básicos para gerenciar con foco en la caja en gremios, universidades, empresas privadas y del sector público; que han mostrado interés en entender más cómo librarse del peligro del mal manejo del flujo de caja, una situación que impacta a empresas, emprendimientos y al propio gobierno nacional. “Es necesario sacar la caja del closet y sacar las finanzas de los recintos académicos a la calle, porque son definitivas para la estabilidad de las empresas. El mecanismo más certero para valorar una empresa son sus flujos de caja futuro, no las cifras de utilidades“.
Leave a Comment
Your email address will not be published. Required fields are marked with *