Por. Laura Katherine Peña, analista del BBVA

El primer viernes de septiembre, Colombia se la jugó en tres partidos importantes y los marcadores fueron favorables: en el mundial femenino, las Superpoderosas ganaron 1-0; en las eliminatorias sudamericanas, el equipo masculino empató 1-1; y en la disputa contra la inflación, Colombia anotó un golazo en agosto.

Y es que, en ese mes, las reducciones de la inflación hicieron un cambio de ritmo mostrando su mayor aceleración desde enero del 2024, al bajar en 74 pbs hasta el 6,12%. La buena noticia vino por dos frentes: no solo la inflación de alimentos disminuyó con fuerza, sino que la sin alimentos mantuvo un paso firme en el descenso. Luego de esta victoria, Colombia se prepara para las siguientes fechas.

En septiembre, el fichaje de un nuevo jugador desde el equipo de la inflación disparó las alarmas, pero este duró poco en el campo de juego. El paro transportador, de cuatro días de duración, logró impactar los precios de algunos productos, como los alimentos perecederos. Sin embargo, su corta participación no va a generar impactos en el marcador final, ya que la normalización del flujo de mercancías en el país permitirá que los precios retornen a niveles similares a los vistos antes del paro.

Adicionalmente, una figura que pasó de la banca a la cancha en septiembre y para quedarse fue el diésel, que entra a este campeonato sumándose al equipo contrincante. Sin embargo, este jugador resultó menos agresivo de lo que se esperaba. Aunque inicialmente se planteó un alza en el precio del diésel de $1.904 en 2024, la negociación entre el gobierno y los transportadores permitió que el incremento se ajustara a un monto menor: $800. Las presiones al alza sobre la inflación por este motivo se estiman en 33 pbs al cierre de año.

Todavía puede haber sorpresas en la plantilla, como factores climáticos, precios de energéticos, y persistencia en servicios, que generen mayor resistencia de la esperada y dilaten la reducción de la inflación hacia el rango meta en este y los próximos años. No obstante, los marcadores recientes dejan un halo de optimismo respecto a la capacidad de Colombia de avanzar victoriosa hacia el rango meta del Banco Central.