Las megaobras se perfilan como motores de reactivación económica en Colombia, jugando un papel fundamental en el futuro del país.
Las megaobras se perfilan como motores de reactivación económica en Colombia, jugando un papel fundamental en el futuro del país. Según la Cámara de Comercio Colombo Americana, el sector de la construcción y la infraestructura es clave para el desarrollo nacional, aportando significativamente al PIB y generando miles de empleos directos e indirectos. De acuerdo con el Decreto 0163, el gobierno destinará más de 11 billones de pesos a proyectos de infraestructura vial en 2024, un esfuerzo que no solo impulsará la economía, sino que también mejorará la calidad de vida de los ciudadanos mediante la implementación de megaproyectos modernos y eficientes.
Fedesarrollo señala que estas iniciativas pueden incentivar el crecimiento económico a corto plazo, generando empleo en obras civiles y en sectores relacionados, mientras que, a largo plazo, las mejoras en productividad traerán beneficios significativos para los colombianos. Un claro ejemplo de este impacto es la remodelación del Aeropuerto El Dorado, que contará con una inversión cercana a 7 billones de pesos. Este proyecto no solo promueve la ejecución de obras, sino que también amplía la capacidad de flujo de pasajeros y beneficia a los sectores asociados.
El éxito de estas iniciativas está ligado al movimiento presupuestal generado por proveedores encadenados, como cementeras, transportistas y siderúrgicas, que estimulan la producción local. Por ejemplo, Diaco, una siderúrgica dedicada a la producción de acero a partir de chatarra, ha sido fundamental en grandes proyectos como el Túnel de Oriente, que mejoró la conectividad entre Medellín y el aeropuerto José María Córdova, reduciendo los tiempos de desplazamiento y fomentando el desarrollo económico regional. Para esta obra se utilizaron aproximadamente 11,300 toneladas de acero, y actualmente Diaco transforma anualmente 360,000 toneladas de chatarra en acero de alta calidad.
Las grandes obras también generan mejoras para las comunidades aledañas. Un caso emblemático es el estadio El Campín de Bogotá, cuya construcción en 1934 promovió el desarrollo de la capital hacia el noroccidente de la sabana. Su reciente remodelación, con una inversión de 2.4 billones de pesos, ampliará su capacidad en un 20% y transformará el estadio en un centro cultural con una sala de ensayos para la Orquesta Filarmónica de Bogotá, un hotel, una zona comercial, un cine y otros servicios, creando nuevos espacios para la actividad económica y el comercio.
Además, la cadena de impacto económico de los proveedores se manifiesta en su participación en diversos proyectos. Diaco ha suministrado acero para megaobras como la Transversal El Libertador en Huila y Cauca, la Avenida El Rincón en Bogotá, el Túnel del Toyo en Antioquia y El Metro de Bogotá, con más de 3,100 toneladas de acero entregadas hasta la fecha.
“En Diaco nos enorgullece ser parte integral de estas megaobras. Nuestro acero no solo representa calidad y durabilidad, sino también un compromiso con la sostenibilidad y el bienestar de las comunidades. Nuestro objetivo es contribuir a un país más fuerte y resiliente, donde el progreso económico vaya de la mano con la conservación de nuestros recursos naturales,” afirmó Mauro de Castro, director país de Diaco en Colombia.
Con inversiones significativas en proyectos viales, ferroviarios y aeroportuarios, Colombia refuerza su competitividad y capacidad productiva a largo plazo, promoviendo un desarrollo sostenible que beneficiará a toda la nación. A medida que el país avanza en la ejecución de estas obras, se espera que la economía crezca y la calidad de vida de los colombianos mejore, consolidando un futuro más próspero y conectado para todos.
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