Crédito multisectorial: ¿Y si 2025 no es el año de Ricitos de Oro?

Crédito multisectorial: ¿Y si 2025 no es el año de Ricitos de Oro?

Por. Colin Fleury, Director de Crédito Garantizado en Janus Henderson.   Mientras los bancos centrales buscan un escenario de Ricitos

Por. Colin Fleury, Director de Crédito Garantizado en Janus Henderson.

 

Mientras los bancos centrales buscan un escenario de Ricitos de Oro para sus economías, los mercados parecen creer que las gachas de avena están «en su punto». Colin Fleury, Director de Crédito Garantizado en Janus Henderson, se pregunta cuáles son los riesgos y el enigma de la mezcla para los asignadores de activos.

 

¿Demasiado calor o demasiado frío?

 

Para los responsables de los bancos centrales, lo más deseable es conseguir que sus economías alcancen el escenario de Ricitos de Oro, es decir, que la economía no esté ni demasiado caliente ni demasiado fría, con un crecimiento moderado y una inflación baja. Un empleo, una inflación y un crecimiento «demasiado calientes» podrían echar por tierra este objetivo. Por el contrario, enfriar demasiado una economía podría hacer que el crecimiento no alcanzará el objetivo. El ritmo y la magnitud de la relajación de los tipos de interés es su herramienta clave.

 

Dadas las diferentes condiciones políticas y macroeconómicas en todo el mundo, la política monetaria de los bancos centrales divertirá en 2025 para alcanzar las condiciones económicas «justas». En cuanto al Reino Unido, Europa y EE.UU., los mercados esperan que el Banco Central Europeo sea el que más recorte, seguido de la Reserva Federal de EE.UU. y el Banco de Inglaterra. Esto refleja el escenario «demasiado frío» de Europa en términos de crecimiento lento, mientras que EE. UU. coquetea con el «demasiado caliente», especialmente si la presidencia de Trump resulta en un impulso del crecimiento o la inflación.

 

Las perspectivas de crecimiento del Reino Unido no parecen ser notablemente mejores que las de Europa continental, pero la política y el gasto del Gobierno pueden complicar el panorama para el Banco de Inglaterra. Aunque la senda prevista para los tipos de interés a corto plazo se ha mantenido a la baja en todas las economías, la reciente volatilidad de los tipos ha sido elevada, y el alcance y el ritmo de los recortes han sido divergentes. Los cambios en el panorama político de EE.UU., el Reino Unido y ahora potencialmente Alemania y Francia, se suman a la incertidumbre en la búsqueda de Ricitos de Oro.}

 

Como asignadores de activos, nos enfrentamos a nuestro propio acertijo en la cocina a la hora de conseguir que la mezcla de activos de nuestra cartera sea «la adecuada» para navegar en 2025. Existe el riesgo de una volatilidad de tipos «demasiado caliente», como la materialización de una narrativa de tipos «más altos durante más tiempo», que podría venir acompañada de mejores perspectivas de crecimiento (o podría ser simplemente el resultado de presiones inflacionistas inesperadas). Este puede ser un entorno que favorezca los préstamos corporativos titulizados o a tipo variable de alta calidad crediticia y corta duración. También existe el riesgo «demasiado frío» de unas condiciones macroeconómicas más débiles y unos tipos de interés más bajos de lo previsto actualmente, en las que, aunque los ingresos por cupones pueden disminuir con los tipos de interés del mercado, las propiedades defensivas de la deuda titulizada con grado de inversión podrían resultar valiosas.

 

También es importante tener en cuenta a la hora de construir carteras diversas que, aunque las expectativas del mercado son que los tipos de interés bajen, se prevé que se mantengan relativamente altos, especialmente en EE.UU. y el Reino Unido. Cuando se combinan con los diferenciales de crédito que ofrece una cartera de renta fija diversificada en la que los valores se seleccionan en función de los fundamentos crediticios, el rendimiento potencial global sigue siendo atractivo.

 

Los consumidores y las empresas siguen resistiendo

 

A pesar de esta incertidumbre macroeconómica y política, en 2025 tanto las empresas como los consumidores se encuentran en buena forma y el sector bancario parece sólido en general. El rápido crecimiento de los fondos de crédito privados en los últimos años también ha reducido la dependencia de los bancos para las necesidades de capital de las empresas. Al analizar el rendimiento de los conjuntos de garantías titulizadas, hemos observado que algunas cohortes de consumidores más débiles muestran un aumento de la morosidad, pero en general no muy por encima de los niveles más normales anteriores a la crisis. En general, no parece que en este ciclo se hayan concedido préstamos demasiado agresivos ni a los consumidores ni a las empresas.  Así pues, aunque el ciclo económico es incierto, no nos preocupa demasiado que en 2025 pueda producirse un repunte significativo de los impagos a empresas o consumidores.

 

No obstante, a fin de prepararnos para posibles riesgos a la baja, nuestro objetivo es garantizar que las carteras de crédito multisectoriales capten propiedades defensivas. Un ejemplo de ello son los préstamos apalancados por debajo del grado de inversión, que cuando se titulizan en obligaciones de préstamos garantizados (CLO, por sus siglas en inglés) tienen una mayor calidad crediticia y protección contra las caídas gracias a la mejora crediticia1 , además de ampliar el conjunto de oportunidades fuera del alto rendimiento para que los asignadores de activos encuentren los riesgos adecuados.

 

Fuerzas de contrapeso

 

Mientras los bancos centrales intentan equilibrar la inflación y el crecimiento para llegar a Ricitos de Oro, los asignadores de activos están en su propia búsqueda de Ricitos de Oro para captar alfa y propiedades defensivas en las carteras. Para los inversores en renta fija, se trata de crear una combinación de activos «perfecta» para las carteras. Dados los diferenciales de crédito de la renta fija, generalmente estrechos, las expectativas de impago benignas y un ritmo razonable de flexibilización en los mercados, un aterrizaje «suave» es el resultado más esperado.

 

Los mercados asumen que la papilla está «en su punto», pero existen riesgos de que esté «demasiado caliente» o «demasiado fría». En el lado «demasiado caliente», los tipos podrían terminar más altos de lo esperado, ya que el gasto público complica los recortes de tipos y tal vez la inflación no se bate como se esperaba.  En el lado «demasiado frío», los bancos centrales podrían fracasar a la hora de diseñar el aterrizaje «suave» y, en el peor de los casos, nos veríamos abocados a una recesión generalizada. El camino a seguir es incierto, por lo que resulta lógico equilibrar las carteras teniendo en cuenta ambos escenarios.

 

La renta fija sigue ofreciendo un carry atractivo, sobre todo en el tramo corto de las curvas. Los responsables de la asignación de activos también pueden equilibrar la balanza gestionando la duración. Por ejemplo, creando una cartera diversificada que tenga una alta calidad crediticia, un atractivo rendimiento inicial de la deuda a tipo variable junto con cierta diversificación a través de inversiones a más largo plazo, como el alto rendimiento. En nuestra opinión, la creación de carteras diversificadas -mezclando esa papilla «perfecta»- en todos los mercados de renta fija será clave para obtener rentabilidad en 2025.

 

Alirio Aguilera
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