La aprobación por la SEC de los primeros ETF respaldados por bitcoin permitió a actores institucionales (grandes fondos de inversión, bancos, empresas) comprar BTC, activo que antes estaba fuera de este mercado.

Este hito marcó el comienzo de un ciclo de autorizaciones de nuevos ETF vinculados a diversas cripto que aún continúa; a mediados de año, se aprobaron ETFs de Ether (ETH) y hay proyectos de ETFs de otras criptos o que combinan BTC con ETH, entre otros.  El ETF de bitcoin de BlackRock (iShares) es el más exitoso de la historia, ya que logró $52 mil millones en activos gestionados en su primer año, superando al histórico ETF de oro, el SPDR Gold Trust ($50.8 mil millones).

Además, fue un factor determinante para los sucesivos ATHs (máximos históricos) que bitcoin alcanzó durante 2024. La aprobación no sólo permitió que inversionistas tradicionales pudieran sumarse al mundo cripto sin tener que comprar BTC en forma directa, sino que además fue un “voto de confianza” del mercado hacia las criptomonedas, lo que incentivó una mayor adopción no sólo de actores institucionales (fondos, empresas), sino también de particulares. Así, sirvió para impulsar, por ambas razones, la demanda de BTC y su valor. Que BTC haya marcado varios ATH en 2024, superando incluso la barrera de los USD 100.000, demuestra que es un refugio de valor con amplia adopción a nivel global.