Las compañías enfrentan un reto creciente en la medición de su postura de seguridad. Contar con firewalls, capacidades de detección
Las compañías enfrentan un reto creciente en la medición de su postura de seguridad. Contar con firewalls, capacidades de detección y respuesta o soluciones para asegurar la identidad no son suficientes en el panorama actual de amenazas. Para evaluar el impacto real de sus estrategias, Trend Micro Incorporated líder mundial en ciberseguridad, explica porqué muchas organizaciones están adoptando el Índice de Ciber Riesgo (CRI, por sus siglas en inglés) como un indicador clave de desempeño (KPI) de sus estrategias de ciberseguridad.
“El Índice de Ciber Riesgo permite a las empresas medir su postura de seguridad de manera objetiva y tomar decisiones basadas en datos. No solo ayuda a identificar todos los activos conocidos y desconocidos, internos y externos, sino que evalúa sus vulnerabilidades y entrega al negocio una visión clara de su exposición al riesgo y prioriza las estrategias de mitigación que van a tener un mayor impacto en la disminución del mismo”, señala Samuel Toro, Head of Sales de Trend Micro para Colombia.
El CRI es un valor numérico que refleja el nivel de riesgo al que está expuesta una empresa frente a amenazas digitales. A diferencia de clasificaciones generales como “alto”, “medio” o “bajo”, este índice considera la probabilidad de sufrir un evento de riesgo y el impacto que tendría para la organización.
Una de las principales ventajas de esta medición es su capacidad para alinearse con otros indicadores financieros y operativos. Al igual que las organizaciones analizan ingresos o participaciones de mercado con cifras exactas, también pueden evaluar su postura en ciberseguridad de forma cuantificable. Un descenso en el índice después de implementar nuevas medidas de protección demuestra, con datos, la efectividad de la inversión en seguridad.
Otro beneficio clave es la mejora en la comunicación con la alta dirección. Los ejecutivos suelen estar familiarizados con indicadores numéricos y toman decisiones basadas en ellos. Un aumento del Índice de Ciber Riesgo de 70 a 85 representa un signo de alerta tangible, comparable a una caída en el valor de una acción o una reducción en los ingresos. Esto facilita la justificación de presupuestos y la toma de decisiones oportunas.
Además, el CRI contribuye a una estrategia de mejora continua en ciberseguridad. Al establecer objetivos concretos, como reducir el índice al promedio de la región o del mismo sector del mercado, las organizaciones pueden medir el impacto de sus esfuerzos y ajustar estrategias según sea necesario. También permite integrar el análisis de riesgos con marcos normativos reconocidos, facilitando auditorías y reportes regulatorios.
Las empresas que operan en sectores altamente regulados, como el financiero o el de la salud, encuentran en este indicador un aliado estratégico. La capacidad de demostrar una reducción en el nivel de riesgo con datos concretos no solo mejora la postura de seguridad, sino que también puede evitar sanciones o pérdidas económicas derivadas de incumplimientos normativos.
¿Cómo se mide el Índice de Ciber Riesgo?
Para calcular el CRI, se analizan múltiples factores que influyen en la postura de seguridad de una organización. Estos incluyen:
- Evaluaciones de vulnerabilidad: identificación de fallos de seguridad en redes, aplicaciones y sistemas.
- Inteligencia de amenazas: información en tiempo real sobre actores maliciosos y vectores de ataque.
- Criticidad de activos: importancia de cada sistema o dato dentro del negocio.
- Eficacia de controles de seguridad: evaluación del desempeño de medidas como firewalls, detección de intrusos y autenticación multifactor.
- Historial de incidentes: registro de brechas, intentos de ataque y respuestas previas.
En un entorno donde las amenazas evolucionan constantemente, las empresas requieren herramientas que les permitan reaccionar de manera ágil. La implementación del CRI dentro de un ecosistema de seguridad integral facilita la detección temprana de vulnerabilidades y permite una respuesta más efectiva ante incidentes. Al contar con información detallada y actualizada sobre su exposición al riesgo, las organizaciones pueden asignar recursos de manera eficiente y priorizar aquellas áreas más críticas.
A medida que esta medición gana relevancia en el mundo corporativo, cada vez más empresas lo incorporan en sus tableros de control junto a otros KPIs estratégicos. De esta forma, la ciberseguridad deja de verse como un gasto y se convierte en una inversión cuantificable, alineada con la visión de negocio y la resiliencia organizacional.
El crecimiento del mundo digital no se detiene, y por ello, las empresas necesitan métodos precisos para medir su gestión de seguridad. El Índice de Ciber Riesgo no solo proporciona una visión clara del riesgo, sino que también permite optimizar inversiones, mejorar la comunicación con la dirección y fortalecer la resiliencia organizacional frente a amenazas cibernéticas.
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