El turismo sigue siendo el motor que impulsa a Colombia. Cada vez más viajeros recorren sus paisajes, descubren sus ciudades y se sumergen en la riqueza cultural del país. Este fenómeno no solo fortalece la identidad nacional, sino que también genera oportunidades económicas. Las cifras del DANE, a través de la Encuesta Mensual de Alojamiento (EMA), revelaron que durante enero de 2025, la ocupación hotelera en Colombia alcanzó el 50,5 %, un ligero aumento en comparación con el mismo mes del año anterior. Pero hay algo más detrás de estos números: una nueva forma de hospedaje que está revolucionando el mercado inmobiliario.

Las rentas cortas han llegado para quedarse. Este modelo de arrendamiento permite a propietarios alquilar sus inmuebles por días, semanas o meses a turistas y viajeros de negocios, ofreciendo opciones más flexibles y personalizadas. Impulsado por plataformas digitales y una creciente demanda de experiencias auténticas, el auge de las rentas cortas está transformando la forma en que los colombianos invierten en bienes raíces.

Baltasar Urrestarazu, gerente regional del portal inmobiliario Fincaraiz.com.co, destaca que “Bogotá, Medellín y Cartagena lideran la demanda de rentas cortas, principalmente por el turismo y los viajes corporativos. Sin embargo, esta tendencia también ha llegado a ciudades intermedias y zonas rurales, donde los viajeros buscan alojamientos con un toque más local y exclusivo”.

Las cifras no mienten. Mientras regiones como los Llanos Orientales registran un crecimiento del 21,1% en ingresos por hospedaje, San Andrés y el Eje Cafetero también muestran incrementos significativos. Esta dinámica no solo beneficia a los hoteles, sino que amplía el abanico de opciones para los viajeros y abre una nueva puerta para inversionistas inmobiliarios.

Invertir en rentas cortas tiene ventajas evidentes: mayor rentabilidad frente a los alquileres tradicionales, flexibilidad para usar la propiedad en temporadas bajas, diversificación de ingresos y un crecimiento sostenido del turismo en el país. Sin embargo, elegir la propiedad ideal requiere estrategia, ya que una ubicación privilegiada, amenidades atractivas y un precio competitivo pueden marcar la diferencia entre una inversión exitosa y una oportunidad desaprovechada.

Por otro lado, Baltasar Urrestarazu destaca que el mercado sigue evolucionando y con él, las regulaciones. En Colombia, las rentas cortas están sujetas a normativas específicas, como el Registro Nacional de Turismo y obligaciones fiscales. Conocer estas reglas es clave para operar con tranquilidad y garantizar una experiencia segura tanto para propietarios como para inquilinos.

Colombia se posiciona como un destino atractivo no solo para los viajeros, sino también para quienes buscan nuevas oportunidades de inversión. Con el turismo en alza y la innovación en el sector inmobiliario, el país sigue escribiendo una historia de crecimiento, adaptabilidad y éxito. En este escenario, las rentas cortas no son solo una tendencia pasajera, sino una apuesta sólida para el futuro.