En los últimos años, la principal causa de mortalidad y discapacidad en Colombia han sido las enfermedades cardio-cerebrovasculares, según el
En los últimos años, la principal causa de mortalidad y discapacidad en Colombia han sido las enfermedades cardio-cerebrovasculares, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). Aproximadamente uno de cada tres colombianos fallece por esta causa, con un aumento en los índices de mortalidad mayor en hombres que en mujeres.
“Las enfermedades cardiovasculares son un grupo de trastornos del corazón y los vasos sanguíneos que la mayoría de las veces están relacionadas con los altos niveles de colesterol LDL en nuestro cuerpo. Desafortunadamente, su reducción efectiva y sostenida sigue siendo un desafío, ya que el 80% de la población en alto riesgo no alcanza los objetivos de LDL”, afirma Diana Díaz, directora médica de Novartis Colombia.
Se estima que los niveles elevados de colesterol LDL, son responsables del 60% de las enfermedades del corazón1, y causan hasta 2.6 millones de muertes en el mundo de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS)2. Si bien, no es el único factor de riesgo modificable de las enfermedades cardiovasculares, su naturaleza silenciosa lo convierte en una amenaza, ya que la mayoría de las personas no presentan síntomas visibles, lo que hace que su diagnóstico y tratamiento sean un verdadero desafío. Además, los niveles elevados de colesterol LDL pueden desencadenar emergencias médicas como infartos, accidente cerebrovascular o muerte cardiovascular3.
Reducción del LDL: impacto clínico y económico a cinco y diez años
En Colombia el control del LDL es parte integral de las políticas públicas encaminadas al manejo de la enfermedad cardiovascular3. En un horizonte de cinco años, se estima que, una reducción sostenida y consistente del 50% de colesterol LDL en pacientes con enfermedad cardiovascular aterosclerótica y riesgo cardiovascular alto o muy alto, podría prevenir hasta 105,826 eventos cardiovasculares mayores (como infartos, accidentes cerebrovasculares o muerte cardiovascular) y reduciría los costos al sistema de salud en COP $3.4 billones, lo que representaría una reducción del 36% en comparación con un escenario sin control del colesterol LDL.
“Las enfermedades cardiovasculares en Colombia son una preocupación de salud pública. De allí la necesidad de poner bajo la lupa los factores de riesgo que están asociados a una mayor ateroesclerosis (acumulación de placa en las arterias que dificulta el flujo sanguíneo) y riesgo cardiovascular, así como a índices más altos de mortalidad y discapacidad, como el colesterol LDL. Sin duda los resultados a cinco años sobre la disminución del LDL, además de ser significativos demuestran la importancia y urgencia de implementar estrategias para el manejo y control adecuado de esta lipoproteína. Ahora, si lo vemos a diez años se podrían evitar 49,386 infartos agudos del miocardio y 118,426 muertes cardiovasculares, es decir una reducción del 41% y el 45% respectivamente versus si no se controlara el LDL. Además, la disminución de estos podría generar ahorros de hasta COP $6 billones para el sistema de salud“, afirma Diana Díaz, directora médica de Novartis Colombia.
El control efectivo del colesterol LDL no solo es una medida preventiva crucial para salvar vidas, sino también una estrategia clave para optimizar los recursos del sistema de salud. Adoptar un enfoque integral y sostenido en la gestión del colesterol LDL generaría un ahorro significativo, permitiendo destinar recursos a otras áreas críticas de la atención sanitaria.
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