Al comprar monitor gamer evite estos 5 errores

Al comprar monitor gamer evite estos 5 errores

Con la creciente pasión por los videojuegos en el país y el acceso cada vez mayor a tecnología de punta,

Con la creciente pasión por los videojuegos en el país y el acceso cada vez mayor a tecnología de punta, muchos jugadores —tanto ocasionales como profesionales— están decidiendo invertir en un monitor especializado para gaming.

Pero lo que parece una compra sencilla puede convertirse en un dolor de cabeza si no entiendes bien las especificaciones técnicas o ignoras las recomendaciones de los expertos. Para ayudarte a evitar errores costosos, hablamos con los especialistas de LG Electronics en Colombia, quienes nos contaron cuáles son los cinco errores más comunes al comprar un monitor gamer y cómo evitarlos.

1. Creer que más resolución siempre es mejor

Laura Piñeros, especialista en la División de Soluciones de Entretenimiento Multimedia de LG, advierte: “Uno de los errores más frecuentes es pensar que un monitor 4K garantiza una mejor experiencia”. La realidad es que una mayor resolución exige más potencia gráfica. Si tu consola o computador no está a la altura, podrías terminar con juegos lentos o pixelados, incluso en una pantalla de alta gama.

“Por ejemplo, un monitor de 32 pulgadas con resolución 1080p puede verse borroso frente a uno de 27 pulgadas con 1440p, dependiendo del tipo de juego y la configuración del sistema. La clave está en encontrar el equilibrio entre tamaño, resolución y capacidad de tu equipo”, agregó la experta.

2. No revisar la compatibilidad con tu consola o PC

Antes de comprar, asegúrate de que el monitor sea compatible con tu hardware. “Muchos gamers adquieren pantallas ultrawide (21:9) sin saber que sus consolas o juegos favoritos no las soportan”, explica Piñeros. Esto genera franjas negras o imágenes distorsionadas, desaprovechando el potencial del monitor.

Además, si tu consola permite tasas de refresco de 120Hz, como sucede con las de nueva generación, necesitarás un puerto HDMI 2.1 para activarlas. No todos los monitores lo incluyen, y no todos los títulos o dispositivos son compatibles con cualquier pantalla.

Un ejemplo claro es el monitor LG UltraGear de 32 pulgadas modelo 32GN55R FHD. Este equipo puede alcanzar hasta 200Hz, pero para aprovechar esa tasa de refresco al máximo, es necesario contar con un computador que tenga puerto DisplayPort 1.4 y usar un cable DisplayPort 1.4 compatible. De lo contrario, el monitor no podrá desplegar toda su capacidad, limitando el rendimiento y la experiencia de juego.

3. Quedarte en los 60Hz (o no saber qué significa esta característica)

La tasa de refresco, medida en hercios (Hz), indica cuántas veces por segundo se actualiza la imagen. Un monitor de 60Hz puede funcionar para tareas básicas, pero en juegos puede generar desenfoques o cortes (tearing). Hoy, un monitor gamer debería tener al menos 120Hz. Si además incluye tecnologías como AMD FreeSync o NVIDIA G-Sync, lograrás una imagen fluida y sin interrupciones, ideal para juegos de ritmo rápido.

En el mercado es común encontrar monitores con alta resolución, grandes tamaños e incluso tecnologías especializadas en reducir la fatiga visual; sin embargo, al tratarse de monitores diseñados para el trabajo y la proactividad, no suelen incluir velocidades de actualización más altas de 60 Hz.

4. Creer ciegamente en las tecnologías de la pantalla

Muchos productos se promocionan con términos llamativos como “HDR”, “1ms de respuesta o gaming certified. Pero ojo: no siempre significan una mejora real. Hay monitores económicos que dicen tener HDR, pero no cumplen con el estándar mínimo (DisplayHDR 400), lo que no garantiza colores más vivos ni mejor contraste, señala Piñeros.

También, un tiempo de respuesta de 1ms puede no ser perceptible si el resto de tu ecosistema controles, teclado, conexión no está optimizado. Por eso es importante que todo tu equipo esté alineado en especificaciones técnicas para evitar cuellos de botella. Al momento de jugar, tan importante como las características y especificaciones de una pieza de hardware en específico, lo es la similitud entre todos los componentes del ecosistema. 

5. Gastar demasiado (o muy poco)

Algunos gamers se emocionan y compran monitores carísimos que su sistema no puede aprovechar. Otros, por ahorrar, eligen pantallas de baja calidad con mala imagen, poca garantía o problemas de compatibilidad.

“Lo ideal es identificar tus necesidades reales. Responder preguntas como ¿juegas títulos competitivos? ¿Prefieres aventuras narrativas? ¿Usas consola o PC? te ayudarán a identificar cuáles son las especificaciones que más impactan tu experiencia de juego y con ello, elegir la mejor opción entre las diversas opciones disponibles; comparar características es clave para comprar con inteligencia”, agregó la experta.

Una inversión que vale más si se hace bien

“Comprar un monitor gamer puede ser una excelente decisión, siempre que esté basada en conocimiento y no en impulsos”, concluye Piñeros. En este sentido, la recomendación general de los expertos es analizar tu equipo, tus juegos favoritos y tu presupuesto. Elegir bien no solo mejora cada partida; también protege tu inversión. Porque en el mundo gamer, cada detalle cuenta.

Alirio Aguilera
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