Anualmente se pierden hasta el 40 % de las colmenas de abejas en varios sitios de Colombia y en algunas
Anualmente se pierden hasta el 40 % de las colmenas de abejas en varios sitios de Colombia y en algunas partes del mundo, lo que impacta la seguridad alimentaria y la estabilidad de los ecosistemas, según lo advierte Andre Riveros, experto en polinizadores y profesor de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad del Rosario, en el marco del Día Internacional de las Abejas, que se conmemora este martes 20 de mayo.
Esta fecha no solo es importante recordar a las abejas por su importancia como polinizadoras y el papel que tienen en la seguridad alimentaria, sino por los problemas y retos que enfrentan actualmente, indica el investigador, al señalar que la exposición a plaguicidas, especialmente a neuropesticidas como el fipronil y el imidacloprid, afecta gravemente el comportamiento y la supervivencia de las abejas, provocando una preocupante disminución en sus poblaciones,
Datos de las Naciones Unidas indican que para 2030 más de 600 millones de personas en todo el mundo enfrentarán hambre, lo que resalta el desafío de lograr el objetivo de hambre cero.
“En este contexto, la protección de las abejas desempeña un papel crucial en la polinización de una amplia variedad de cultivos, que van desde frutas como mango, lulo y kiwi, hasta alimentos básicos como café y tomate. Sin embargo, a pesar de su importancia, las poblaciones de abejas enfrentan desafíos significativos, como enfermedades y la exposición a plaguicidas”, comenta Riveros.
Aunque algunos países han implementado medidas regulatorias para restringir el uso de ciertos plaguicidas, como los neonicotinoides, en Colombia se requieren mayores esfuerzos regulatorios y una comprensión más profunda de los efectos de los plaguicidas en los polinizadores, agregó.
Suplemento para proteger el cerebro de las abejas y otros polinizadores
Cabe recordar que hace un año, la Oficina de Propiedad Intelectual del Reino Unido otorgó a la Universidad del Rosario su primera patente internacional, una fórmula nutracéutica desarrollada para proteger el cerebro de las abejas y otros polinizadores afectados por insecticidas neurotóxicos.
“Este logro liderado por investigadores de la Universidad de Rosario, en alianza con la Universidad de Arizona de Estados Unidos y la Pontificia Universidad Javeriana, marcó un antes y un después en nuestra historia institucional y en los esfuerzos globales por conservar la biodiversidad”, dijo el profesor Riveros.
La fórmula, basada en flavonoides derivados de plantas, ha demostrado mejorar la memoria, el aprendizaje, la motricidad y la resistencia inmunológica de especies clave para la polinización como la abeja melífera (Apis mellifera) y las abejorras (Bombus impatiens).
“Una abeja que no recuerda dónde está la colmena, que no identifica las flores o que no puede defenderse de patógenos, está condenada a desaparecer. Nuestra fórmula reduce estos efectos, protege su cerebro y les permite sobrevivir”, explica Riveros, investigador principal de la patente.
Durante este primer año, la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad del Rosario ha fortalecido y expandido el alcance de esta investigación con una alianza con el Centro de Estudio de Enfermedades Autoinmunes (CREA) de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la institución, para profundizar en los efectos de las composiciones de la salud integral de las abejas y ampliar el rango de validación científica.
“A través de esta alianza hemos puesto la inmunología al servicio de las abejas, demostrando que su uso es transversal e Interdisciplinar”, destaca Carolina Ramírez-Santana, directora del CREA de la Universidad del Rosario.
Con la maestría en Ingeniería Biomédica de la Universidad del Rosario, en convenio con la Universidad Escuela Colombia de Ingeniería Julio Garavito, se adelanta una línea de investigación enfocada en optimizar el sistema de administración de este suplemento nutracéutico, buscando facilitar su dosificación y eficacia en condiciones reales de campo.
“Desde la ingeniería biomédica y las aplicaciones nanotecnológicas, estamos explorando rutas que conectan la salud humana con la salud de nuestros polinizadores. Estos enfoques transdisciplinares son necesarios y urgentes porque en este ecosistema complejo e interdependiente participamos todos, y toda solución que integre ciencia, tecnología y biodiversidad es un paso hacia nuestra propia sostenibilidad”, explica Diana Consuelo Rodríguez, co-directora de esta maestría.
Además, se mantienen conversaciones activas con empresas nacionales e internacionales interesadas en el uso estratégico y comercial de esta tecnología, abriendo oportunidades para la transferencia de conocimiento desde la academia hacia el sector productivo.
“Esta patente es más que un logro legal: es una apuesta científica por el futuro de los ecosistemas, la agricultura y la humanidad. Y es una muestra del compromiso de la universidad con la ciencia que transforma realidades”, concluye Riveros.
En el mundo existen más de 20.000 especies de abejas y en Colombia se estima que hay más de 1.000. Entre las más destacadas en la agricultura se encuentran la abeja de la miel y las abejorras. Mientras que la abeja de la miel desempeña un papel importante como principal polinizador en una amplia variedad de cultivos, las abejorras son indispensables en invernaderos, especialmente en América del Norte y Europa.
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