Hoy en día la Inteligencia Artificial (IA) empieza a ser tan común como una libreta de bocetos y el diseño
Hoy en día la Inteligencia Artificial (IA) empieza a ser tan común como una libreta de bocetos y el diseño deja de ser una herramienta únicamente humana para convertirse en un territorio compartido con algoritmos. El diseñador industrial Jordi Blasi, profesor de ESDESIGN perteneciente a Planeta Formación y Universidades, expone el impacto de esta tecnología en el mundo del diseño gráfico, que tiene especial eco en Colombia, país donde el talento creativo está comenzando a integrar esta revolución.
El diseño especulativo como espejo del presente
Blasi parte de una premisa contundente, “en tanto que proceso creativo, el diseño especula constantemente sobre el futuro. A partir de la observación y evaluación del presente, y con una cierta dosis de incertidumbre, el diseño nos permite imaginar posibles nuevos escenarios”. Esta reflexión resulta clave para el país, donde el diseño no solo busca resolver problemas funcionales, sino imaginar futuros posibles desde el emprendimiento, la sostenibilidad y la inclusión.
En ciudades como Medellín, considerada un polo de innovación, o Bogotá, con un creciente ecosistema de diseño y tecnología, los creativos enfrentan hoy un dilema ¿cómo dialogar con la IA sin perder la autoría?
El reto para los diseñadores colombianos
Para Blasi, el papel del diseñador no desaparece. “Es crucial que los diseñadores colaboremos con los sistemas de IA, ya que la creatividad y el juicio humano continúan siendo esenciales para el éxito de cualquier proyecto de diseño”.
Esta colaboración debe incluir formación académica actualizada, marcos legales claros y una reflexión crítica sobre el rol del diseño como lenguaje cultural. No se trata solo de usar IA para hacer renders más rápidos, sino de entender su influencia en lo que proyectamos como sociedad.
IA como co-creadora y el poder del prompt
En el campo del diseño generativo, los prompts funcionan como detonantes del proceso creativo digital, siendo la línea de texto que actúa como el punto de partida para que una inteligencia artificial genere una imagen, un diseño o una idea visual. Un prompt funciona como una instrucción precisa, cuanto más claro y detallado sea, mejores serán los resultados que devuelva el modelo. Por ejemplo, no es lo mismo escribir “silla moderna” que “silla moderna de madera curvada con tapizado en lino natural, inspirada en el diseño escandinavo de los años 60”; en el segundo caso, la IA cuenta con más parámetros para interpretar lo que se desea.
Este nuevo lenguaje técnico implica que los diseñadores deben aprender no solo a crear, sino también a comunicarse con precisión con los modelos de IA. Según Blasi, “la calidad y especificidad de los ‘prompts’ tienen un impacto directo en las respuestas generadas por el modelo, haciendo esencial aprender de estas interacciones”.
En Colombia, donde diseñadores industriales trabajan desde objetos cotidianos hasta estrategias de diseño social, entender el lenguaje de la IA se ha vuelto una nueva alfabetización visual. Las universidades, agencias y estudios deben asumir este nuevo lenguaje como parte del toolkit de los creativos.
Más allá de la estética se encuentra la ética y la memoria cultural
En un experimento, el experto de ESDESIGN usó IA para analizar una tetera diseñada en 1961 por Maria Rosa Ventós. La IA fue capaz de identificar un detalle que el equipo humano había ignorado, el reflejo del fotógrafo Francesc Català Roca. Esto plantea una nueva forma de ver el diseño, donde la IA no solo genera formas, sino también significados inesperados. Es por esto que el diseño se convierte en una herramienta para preservar identidades culturales. ¿Puede una IA comprender el simbolismo de una mochila wayuu? ¿Podría respetar los códigos visuales de una comunidad afrodescendiente sin reducirlos a estéticas genéricas?
Por otro lado, “aplicaciones como Midjourney, Dall·E2 y Stable Diffusion, tienen el potencial de cambiar el paradigma de la sociedad de la información”, asegura Blasi. A esto se suman preocupaciones sobre los derechos de autor y el uso de imágenes creadas por IA que simulan rostros de figuras públicas, como ocurrió con las imágenes del Papa Francisco o Donald Trump en redes sociales.
En Colombia, el ecosistema creativo aún lucha por obtener reconocimiento legal y protección de derechos de autor, esta conversación es urgente. La regulación sobre propiedad intelectual en diseño generativo aún es ambigua, y el riesgo de apropiación cultural sin consentimiento aumenta con el uso no controlado de estas tecnologías.
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