Cada año, el Día Mundial del Medio Ambiente invita a reflexionar sobre el impacto de nuestras acciones y la urgencia
Cada año, el Día Mundial del Medio Ambiente invita a reflexionar sobre el impacto de nuestras acciones y la urgencia de transformar los desafíos ambientales en oportunidades para proteger el planeta. Este llamado cobra especial relevancia en Latinoamérica, una región que genera alrededor del 10 % de los desechos globales y enfrenta presiones crecientes sobre sus recursos naturales. En este contexto, Kimberly-Clark reafirma su compromiso con la sostenibilidad, integrando iniciativas de economía circular, gestión responsable del agua y desarrollo comunitario en los países donde opera.
En América Latina y el Caribe se producen más de 541.000 toneladas de basura diariamente, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Ante este panorama, la compañía ha implementado acciones concretas orientadas a minimizar su impacto ambiental. Un ejemplo destacado es el programa Hospital de Dispensadores, que reacondiciona unidades en desuso para darles una segunda vida útil. Solo en 2024 se restauraron más de 36.000 dispensadores en la región, evitando su desecho y promoviendo la reutilización. Gracias a esta iniciativa, en los últimos siete años se ha evitado el uso de más de 450 toneladas de plástico nuevo.
Este tipo de esfuerzos no solo representan un avance en la reducción de residuos, sino que también reflejan una visión integral de sostenibilidad. Entre 2015 y 2024, la compañía logró reducir su huella hídrica en un 29 % y su huella de carbono en un 11 %, mediante mejoras tecnológicas, procesos más limpios y una producción más eficiente. Hoy, todas sus plantas de producción en Latinoamérica operan bajo el modelo de Cero Residuos, este enfoque innovador ha permitido, en América Latina, reducir el impacto ambiental y generar un valor socioeconómico significativo en el proceso.
En 2024, se redujeron 196 toneladas de plástico en los procesos productivos, superando la meta anual de la empresa. Además, sus empaques contienen entre un 30 % y un 50 % de material reciclado, con el objetivo de alcanzar el 70 % en los próximos años.
La gestión eficiente del agua también es una prioridad. La compañía anunció que ha logrado reducir en un 58 % su consumo de agua en América Latina, lo que representa un ahorro de más de 2 millones de metros cúbicos al año. En Colombia, esta reducción es cercana al 30 %, gracias a los proyectos implementados en sus plantas de Puerto Tejada (Cauca) y Barbosa (Santander).
Desde 2023, la planta de Puerto Tejada ha puesto en marcha un sistema de recirculación de agua que permite reutilizar el recurso residual del proceso productivo, reduciendo la presión sobre las fuentes hídricas locales y los vertimientos. En Barbosa, se han desarrollado procedimientos que permiten aprovechar más del 78 % del agua mediante tecnologías físicas y químicas avanzadas. Estas iniciativas optimizan el uso del recurso e impulsan un modelo de operación más consciente y resiliente frente al cambio climático.
En Colombia, la planta de Barbosa, Antioquia, se ha consolidado como un referente en la gestión sostenible de residuos. Con el objetivo de convertirse en una operación que no envía desechos al relleno sanitario, ha desarrollado un modelo integral de economía circular que evita que materiales valiosos terminen inutilizados. En esta planta, el papel y cartón generado se reutiliza dentro del mismo proceso productivo, mientras que el resto de los desperdicios se gestionan a través de reciclaje, compostaje con gestores autorizados y aprovechamiento energético.
Este trabajo, que ya completa más de tres años, ha sido posible gracias a alianzas estratégicas con proveedores como Ecologística, y cuenta desde 2024 con certificación bajo el estándar SGS, que acredita que el 96,32 % de los restos son desviados del vertedero. Igualmente, la compañía trabaja continuamente en la optimización de materias primas, el ajuste de procesos productivos y la formación del personal para reducir al máximo la generación de residuos. Parte de su materia prima, como el cartón y el papel, proviene de fuentes recicladas o de cultivos certificados por FSC, garantizando prácticas responsables sin impacto sobre la deforestación.
“A través de nuestro propósito de brindar un mejor cuidado para un mundo mejor y en coherencia con el compromiso que tenemos con la sostenibilidad y el desarrollo del ecosistema productivo en Latinoamérica, hoy nos enorgullece decir que continuamos avanzando hacia la reducción de al menos un 50 % de nuestra huella ambiental para 2030”, expresó Kenneth Hylton, director de Mercadeo para Cuidado Familiar y Profesional Latinoamérica en Kimberly-Clark
En una región donde los desafíos ambientales son cada vez más urgentes, la combinación de innovación, eficiencia operativa y acción social posiciona a Kimberly-Clark como un actor clave en la transición hacia un futuro más sostenible. Con cada dispensador reacondicionado, cada litro de agua reutilizado y cada comunidad empoderada, la compañía renueva su compromiso con el medio ambiente, sumando esfuerzos por un planeta más limpio, resiliente y justo.
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