En un contexto de creciente estrés hídrico y altos niveles de contaminación urbana en Bogotá, Parque La Colina da un salto disruptivo en su agenda climática: transforma sus emblemáticos jardines verticales naturales en muros verdes artificiales con nanotecnología fotocatalítica, una innovación que marca un antes y un después en la gestión ambiental del retail en América Latina.

Este avance reemplazó 2.278 m² de jardines naturales por una alternativa que no solo conserva su belleza y efecto purificador, sino que reduce drásticamente el consumo de agua y energía, elimina los procesos de riego y mantenimiento intensivo, y sigue purificando el aire con la misma capacidad que 2.278 árboles adultos sembrados.

“Este cambio no es solo estético, es un mensaje claro: la sostenibilidad también evoluciona. Apostamos por soluciones que responden a los desafíos reales de nuestras ciudades, reducen el uso de recursos y elevan nuestro impacto ambiental”, afirma Mildred Patiño, Center Manager de Parque La Colina.

Gracias a la nanotecnología fotocatalítica, estos muros descomponen gases contaminantes y olores a nivel molecular, neutralizando incluso el humo o los aromas generados por mascotas o alimentos. Además, su sistema de autolimpieza con agua de lluvia reduce el uso de productos químicos, reforzando el modelo de economía circular. De hecho, un 10% de los materiales utilizados provienen de reciclaje industrial.

Este avance se alinea con los compromisos de descarbonización de Parque Arauco, validados por la Science Based Targets initiative (SBTi), y fortalece su liderazgo regional en sostenibilidad, proponiendo un modelo replicable para los centros comerciales del futuro.

Parque La Colina demuestra que es posible combinar innovación, estética urbana y compromiso ambiental en un modelo replicable, eficiente y alineado con los retos climáticos de las grandes ciudades.