El panorama educativo colombiano presenta desafíos, pero también nuevas rutas para miles de jóvenes que, por diversas razones —desde un
El panorama educativo colombiano presenta desafíos, pero también nuevas rutas para miles de jóvenes que, por diversas razones —desde un cambio de ciudad o exigencias artísticas y deportivas, hasta problemas de salud o el más común, el bullying—, se han visto alejados de las aulas o en riesgo de quedarse atrás. Con la llegada del segundo semestre, se abre una oportunidad crucial para retomar el rumbo y el avance académico a través de una alternativa probada y flexible: los modelos de formación por ciclos.
En Colombia, la Ley General de Educación ha establecido el modelo de formación por ciclos como una alternativa educativa estructurada para responder a las necesidades de los alumnos y asegurar su continuidad académica. Paola Carmona, Directora de Bienestar del Colegio Montehelena Ciclos (MHC), una institución líder en este tipo de procesos formativos, presenta tres aspectos fundamentales que ofrece este modelo para impulsar el futuro académico de los jóvenes:
1. Flexibilidad: Una clave para retomar el rumbo y adaptarse al ritmo educativo
De acuerdo con el DANE, en 2023 se registraron 649.514 alumnos en Modelos Educativos Flexibles. Si bien el modelo de ciclos no es el único dentro de esta categoría, sí se destaca por ofrecer una amplia adaptabilidad a las circunstancias personales y al ritmo de aprendizaje individual. Gracias a él, los estudiantes no tienen que esperar un año entero para retomar sus estudios, encontrando una vía ágil y efectiva para continuar su formación.
Sobre este punto, Paola Carmona explica cómo la estructura del modelo permite una recuperación efectiva y un avance constante: “Este enfoque permite inscripciones e inicios de clases no solo a principio de año, sino también para el segundo semestre y en otros momentos clave. Su estructura, que organiza el aprendizaje en bloques de tiempo más amplios y se centra en el desarrollo de competencias, facilita la recuperación de contenidos y promueve una evaluación continua y formativa”.
2. Un entorno seguro: Combatiendo el acoso escolar
Uno de los mayores obstáculos para la continuidad académica es el acoso escolar o bullying, un fenómeno que lleva a muchos alumnos a faltar a clase y a considerar el abandono definitivo. Según datos del Sistema de Información Unificado de Convivencia Escolar (SIUCE) del Ministerio de Educación Nacional (MEN), desde 2020 y hasta marzo de 2025 se han registrado 11.161 casos relacionados con acoso escolar, ciberacoso y agresión escolar. Esta cifra subraya la magnitud de una problemática que afecta a miles de niños y jóvenes en la educación en Colombia.
Mónica Velandia, madre de una alumna del Montehelena Ciclos, es testigo de cómo la vida de su hija dio un giro. “En el colegio anterior, en el aula tradicional, mi hija enfrentaba temas de bullying y matoneo; había mucha dificultad de convivencia y no existía control sobre este tipo de casos.” Tras el ingreso al modelo de formación por ciclos, Mónica destaca el cambio positivo que ha visto en su hija: “Ella ahora se siente acogida, protegida y sin temor para llegar a sus clases”, concluyó Velandia.
“Para nosotros, la erradicación del bullying es una prioridad. Nuestros modelos flexibles están diseñados para crear entornos donde cada estudiante se sienta respetado, escuchado y seguro, fomentando una convivencia sana que es clave para el éxito académico y personal,” afirma Paola Carmona.
3. Desarrollo integral más allá de lo académico
La formación por ciclos no se limita a la adquisición de conocimientos. Su enfoque holístico busca un desarrollo integral del individuo, reconociendo y apoyando sus diversas facetas. Esto es crucial para estudiantes con talentos especiales, como aquellos con exigencias deportivas o artísticas, que a menudo encuentran barreras en la educación tradicional. El modelo flexible les permite avanzar en sus estudios sin sacrificar estas pasiones, fomentando la autonomía y la autogestión de su aprendizaje.
De hecho, organismos internacionales como la OCDE han reiterado en sus análisis más recientes la necesidad imperante de que los sistemas educativos se centren no solo en el conocimiento académico, sino también en el desarrollo de habilidades socioemocionales, el pensamiento crítico y la autonomía para preparar a los jóvenes para los desafíos del siglo XXI y el mercado laboral.
Esta capacidad de balancear lo académico con el desarrollo personal, construye jóvenes más motivados y completos, preparados para los desafíos de la vida.Paola Carmona complementa esta visión, refiriéndose a la capacidad del modelo para formar individuos seguros y motivados: “Esta respuesta integral a las realidades complejas de nuestros estudiantes promueve su bienestar y prepara jóvenes más resilientes”.
Educación flexible: futuro más humano
Para miles de jóvenes y sus familias, este segundo semestre representa una oportunidad crucial. El éxito del modelo de educación por ciclos demuestra que existen caminos alternativos y efectivos para afrontar los desafíos educativos de Colombia.
Paola Carmona, desde su experiencia en el Colegio Montehelena Ciclos, subraya que “la educación debe ser un trampolín, no un obstáculo. Nuestro compromiso es transformar vidas, dando a cada estudiante no solo las herramientas académicas, sino también la fortaleza emocional para enfrentar el mundo y forjar su propio futuro. Creemos en una educación que abraza las diferencias y construye esperanza.”
Es fundamental que, ante la posibilidad de retomar el rumbo y asegurar la continuidad académica, familias e instituciones consideren modelos flexibles que no sólo transmitan conocimiento, sino que brinden las herramientas socioemocionales y la seguridad necesaria. Esta alternativa es clave para que cada alumno pueda prosperar, evitando la deserción y contribuyendo a una educación más equitativa, inclusiva y humana en el país.
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