Según nuevos datos de PCMI, las tarjetas de crédito siguen siendo el método de pago más común en el comercio
Según nuevos datos de PCMI, las tarjetas de crédito siguen siendo el método de pago más común en el comercio electrónico en Latinoamérica (con una cuota de mercado del 42%). Si bien esto representa una disminución con respecto a 2019, el volumen de transacciones con tarjetas de crédito continúa aumentando en toda la región.
Según un análisis de ‘Galileo Financial Technologies’, empresa de tecnología financiera propiedad y operada independientemente por ‘SoFi Technologies, Inc., esta disminución proporcional oculta el aumento absoluto e indiscutible del uso de tarjetas de crédito a medida que se amplía el acceso a los servicios digitales y financieros.
El año pasado, se emitieron un promedio de 209.000 tarjetas de crédito mensuales en Colombia, y 14 millones de colombianos utilizan actualmente una tarjeta de crédito como método de pago, lo que representa aproximadamente el 27% de la población. En cuanto a los emisores de tarjetas, MasterCard representa el 47% del total, seguida de Visa con el 41% y American Express con el 4%.
Abdul Assal, Director de Desarrollo de Negocios de ‘Galileo Financial Technologies’ en Brasil y Colombia, explica que las tarjetas de crédito desempeñan un papel vital y único en la relación entre las marcas y sus clientes. “Las tarjetas de crédito han dominado durante mucho tiempo los pagos electrónicos en Latinoamérica, y si bien las nuevas alternativas están creciendo a buen ritmo, esto no significa necesariamente la desaparición del plástico. De hecho, creemos que las tarjetas seguirán ofreciendo beneficios únicos, como una mayor protección contra el fraude, la fidelización del cliente y el reconocimiento de marca”.
Entre 2012 y 2022, la penetración de internet en Latinoamérica aumentó del 43% al 78%, mientras que el informe de PCMI muestra que el uso de teléfonos inteligentes y la titularidad de cuentas bancarias rondan el 80%. Esta conectividad combinada ha impulsado el crecimiento de opciones alternativas de pago instantáneo, como los Pagos en Tiempo Real (RTP), como Pix en Brasil, SPEI en México y ahora Bre-B en Colombia, que también se utilizan para pagos de cuenta a cuenta (A2A).
“Si bien estas nuevas porciones de la torta de los pagos electrónicos han crecido, el pastel en sí sigue haciéndose más grande”, añade Assal.
Un reciente informe de investigación de Payments Industry Intelligence señaló que el auge de la banca digital en Latinoamérica ha impulsado significativamente las transacciones con tarjetas de crédito, y reveló que, si bien se proyecta que la participación de mercado caerá del 43% al 35% entre 2024 y 2027, se prevé que el volumen del mercado aumente de $269 mil millones a $365 mil millones durante el mismo período.
“No hay duda de que las tarjetas de crédito están experimentando un cambio fundamental, pero para ser una tecnología de pago emitida por primera vez en la década de 1950, también han demostrado una resiliencia considerable, desarrollando más recientemente la tecnología sin contacto y ahora las tarjetas digitales”, asegura Assal.
De hecho, la investigación de ‘Galileo Financial Technologies’ identifica muchas ventajas distintivas que las tarjetas de crédito aún ofrecen a los proveedores de pagos y a sus clientes.
Los pagos con tarjeta de crédito suelen ofrecer datos propios más granulares para el análisis y la personalización de los clientes, especialmente cuando se procesan a través de redes propias. Si bien los sistemas de pago instantáneo como Pix, SPEI o Bre-B ofrecen comisiones más bajas y velocidades de transferencia equivalentes, los datos del cliente intercambiados durante la transacción permanecen en la plataforma; los bancos y comercios no tienen acceso. Esto les impide personalizar la experiencia, añadir incentivos u ofrecer servicios o información adicional relevante.
Las investigaciones confirman la importancia de tratar a cada cliente de forma individual y personalizar sus experiencias; las tarjetas de crédito son excepcionalmente capaces de facilitar esto, proporcionando información sobre los hábitos de gasto del cliente y si se ajustan a sus objetivos financieros personales; alertándoles sobre descuentos y otras formas de optimizar sus gastos. Y eso sin mencionar los beneficios de fidelización tradicionales de las tarjetas de crédito, que, actualmente, ningún otro mecanismo puede ofrecer.
Los sistemas de pago instantáneo son uno de los principales impulsores de la inclusión financiera, especialmente para las transacciones en línea. Sin embargo, su efecto ha sido aumentar el volumen de todas las transacciones electrónicas, incluidas las tarjetas de crédito. Y su amplia trayectoria de adaptación y aprovechamiento de las oportunidades del mercado siguen siendo inigualables en el sector.
Abdul Assal continúa citando los pagos sin contacto, las tarjetas virtuales, las billeteras móviles en asociación con empresas como Apple y TikTok e, incluso, las tarjetas de crédito criptográficas como ejemplos de la capacidad de la tarjeta de crédito para adaptarse e innovar. “Las tarjetas de crédito nos recuerdan que una transacción no tiene por qué ser un intercambio fugaz entre comprador y vendedor; puede ser el inicio o la continuación de una relación. No es casualidad que las compañías de tarjetas de crédito se mantengan entre las marcas más valiosas del mundo (según Interbrand: Mastercard (n.° 41), Visa (n.° 37) y American Express (n.° 28). La elección de los consumidores sobre cómo pagar es una decisión muy personal; no debemos subestimar la seguridad que una marca como Visa o Mastercard ofrece a los clientes de un comercio electrónico, por ejemplo, cuya marca puede que no conozcan, sobre todo si son de otro país. Y recuerden, a diferencia de la mayoría de los sistemas de pago alternativos, las tarjetas de crédito se aceptan en todo el mundo”.
En la era de ‘Gustanomics’, donde ofrecer la mejor experiencia de usuario es tan fundamental para retener a los clientes como la calidad del producto o servicio, Galileo sostiene que las tarjetas de crédito seguirán siendo relevantes cuando se alineen con los cuatro pilares clave de Gustanomics: satisfacer las necesidades de los usuarios a través de funciones útiles, ofrecer incentivos como recompensas, crear estatus a través de beneficios exclusivos e impulsar el compromiso con experiencias fluidas y móviles.
“Las tarjetas de crédito están lejos de ser obsoletas, pero especialmente aquellas que cumplen con estos requisitos demostrarán ser un activo valioso en el arsenal de cualquier proveedor de pagos”, concluye Assal.
Leave a Comment
Your email address will not be published. Required fields are marked with *