De acuerdo con los cálculos del Banco Mundial, si no se controla la resistencia a los antimicrobianos (RAM), las pérdidas para el Producto Interno Bruto (PIB) de los países pueden ser de US$ 1 a 3,4 billones para 2030, y en 2050 se generarán unos costos en atención de salud por un valor de US$ 1 billón.

Seria problemática de salud global que ha generado una crisis sanitaria y socioeconómica de grandes dimensiones. “Afecta a todos los grupos de edad y a todas las regiones”, precisa la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su informe ‘Resistencia a los antimicrobianos: prioridades estratégicas y operacionales para hacer frente a las infecciones bacterianas farmacorresistentes en el sector de la salud humana, 2025-2035’.

Sus repercusiones se sienten tanto en la salud humana como en la sanidad animal, la producción de alimentos y el medio ambiente, y en muchos otros ámbitos, como el laboral, incrementando el número de ausencias e incapacidades por infecciones difíciles de tratar, lo que, según los expertos, genera gran sobrecarga para los sistemas de salud y complica la respuesta a las emergencias sanitarias.

“Además de muerte y discapacidad, la prolongación de las enfermedades se traduce en estancias hospitalarias más largas, la necesidad de medicamentos más caros y dificultades financieras”, indica la OMS.

Es tan delicada la situación que, durante la Asamblea General de las Naciones Unidas, 23 al 28 de septiembre de 2024 en Nueva York, se ha decidido abordar el tema (el día 26), en una Reunión de Alto Nivel sobre RAM, para renovar los compromisos globales en la lucha contra esta amenaza, elaborar una declaración conjunta, con nuevos objetivos y medidas, desde el enfoque multisectorial y de ‘Una salud’.

Allí son tema clave la financiación y la gobernanza para los programas de lucha contra la RAM, dado que, hasta noviembre de 2023, 178 países habían elaborado un plan de acción nacional sobre la resistencia a los antimicrobianos, siguiendo las directrices de la OMS, pero solo el 27% de ellos mencionaron estar aplicándolo de manera eficaz y apenas el 11% tenían asignada una partida de su presupuesto nacional para su ejecución.

Respuesta global

Expertos de América Latina y el Caribe, previo a esta reunión conformaron una coalición global, crearon la campaña ‘De los pueblos a los líderes: Actuemos frente a la RAM, ahora’ e hicieron un ‘Llamado a la acción global’ para solicitar que se reconozca el papel clave de las comunidades en la respuesta a la  RAM, se promueva el acceso equitativo a antibióticos eficaces, se fortalezcan los programas de prevención y control de infecciones, y se avance en la solución de problemas sociales como la falta de agua potable y saneamiento básico.

Todo ello está relacionado con la reducción de la RAM, que se produce cuando bacterias, virus, hongos y parásitos dejan de responder a los agentes antimicrobianos y al no ser eficaces los tratamientos, las infecciones también son más difíciles o imposibles de tratar, lo que aumenta el riesgo de enfermedades, complicaciones y muerte.

La OMS estima que para el 2050, las cifras podrían ascender a diez millones de muertes por año debido a la RAM en el mundo, y muchas enfermedades infecciosas volverán a ser intratables, lo que conlleva revertir un siglo de avances en el área de la salud pública, ha indicado Naciones Unidas.

El ejemplo de Colombia

Colombia es una de las naciones que trabaja eficazmente para contrarrestar esta problemática, destaca el I Informe bienal cuatripartito ‘Implementación del plan de acción mundial sobre la resistencia a los antimicrobianos’, presentado en Ginebra (Suiza) por la OMS y otras instituciones.

El país publicó en 2018 su Plan Nacional de Respuesta a la Resistencia a los Antimicrobianos, producto de un trabajo multisectorial, y en 2020 fue escogido (junto Argentina, Brasil, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay) para hacer parte del proyecto de cooperación ‘Trabajando juntos para combatir la resistencia a los antimicrobianos’ con el enfoque de ‘Una salud’, con apoyo económico de la Unión Europea (UE), y respaldo técnico, logístico y científico de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), para fortalecer sus planes y acciones.

De igual forma, se conformó una Mesa Técnica Intersectorial con puntos focales del Ministerio de Salud y Protección Social (MSPS), Instituto Nacional de Salud (INS) e Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima); Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (MADR), Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) y Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Agrosavia); Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (MADR) y Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS).

“Una labor conjunta para llegar a más sectores y mejorar la concienciación y la comprensión de la resistencia antimicrobiana, apoyar la investigación y la vigilancia de patógenos centinelas, y fomentar acciones para reducir las infecciones asociadas a la atención en salud, optimizar el uso de antimicrobianos y evaluar los riesgos para prevenir la contaminación del medio ambiente”, señala la doctora Gina Tambini, representante de la OPS/OMS Colombia.

Fruto de ese trabajo nació el sitio web ‘Colombia trabaja unida para combatir la resistencia a los antimicrobianos’, con información actualizada sobre resistencia antimicrobiana, acciones colaborativas, investigaciones y desarrollos en las áreas de salud humana, sanidad animal, alimentos y ambiente.

Colombia también tiene una participación muy activa en actividades globales como la Semana Mundial de Concientización sobre el uso de los Antimicrobianos (WAAW, por sus siglas en inglés), del 18 al 24 de noviembre, con el eslogan general “Antimicrobianos: manéjalos con cuidado”, desarrollando actividades académico científicas de gran impacto.