Desde el programa Zootecnia de la Universidad Industrial de Santander-Sede Málaga, los estudiantes Jean Pereira y Karen Mora promueven una propuesta innovadora y audaz en la industria alimentaria sostenible y es el emprendimiento “Bocados Terrosos”, que impulsa hamburguesas con carne de lombriz.

Se trata de un emprendimiento con innovación empresarial desde la zootecnia en el marco de la producción sostenible de especies menores y no convencionales para el hambre cero y el cuidado ambiental.

Este proyecto, que ha contado con la guía de la profesora Laura Álvarez Palomino y el respaldo del semillero de investigación Chi’xi Grandín, ofrece una alternativa nutritiva y accesible con una misión clara: combatir la inseguridad alimentaria en Colombia y promover la sostenibilidad ambiental.

“El concepto de Bocados Terrosos se basa en la producción y venta de hamburguesas elaboradas a partir de carne de lombriz roja californiana, una fuente de proteína de alto valor biológico. Según el DANE (2023), el 29,6% de la población mundial enfrenta inseguridad alimentaria moderada o grave. En Colombia, esta cifra es alarmante, con un 25% de la población en situación de inseguridad alimentaria (Programa Mundial de Alimentos, 2024). Este contexto refleja la urgencia de encontrar soluciones alimenticias innovadoras que no solo garanticen una nutrición adecuada, sino que también sean sostenibles y económicamente accesibles”, explicó la profesora Álvarez.

Siguiendo los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, en especial el segundo objetivo de “Hambre Cero”, Bocados Terrosos busca ofrecer una alternativa alimenticia de calidad y asequible para las familias colombianas, permitiéndoles acceder a una dieta balanceada durante todo el año. Además, este modelo de negocio plantea la posibilidad de crear ingresos adicionales para quienes decidan replicar esta iniciativa productiva.

“También es un emprendimiento que promueve la igualdad de género y el trabajo digno. Este proyecto inclusivo permite que tanto hombres como mujeres participen en la producción y comercialización de la carne de lombriz, cumpliendo así con el quinto ODS de “Igualdad de Género” y el octavo de “Trabajo Decente y Crecimiento Económico”. A través de este modelo productivo, no solo proporciona una fuente de sustento adicional para las familias, sino que también contribuye a la creación de empleos dignos y sostenibles, fortaleciendo la economía local y promoviendo el empoderamiento de comunidades vulnerables”, agregó la profesora del programa Zootecnia.

Para Jean Pereira, uno de las estudiantes que promueve este emprendimiento, todo inició por los aprendizajes de una asignatura del programa. “Ha sido de gran impacto en la región teniendo en cuenta que la carne de lombriz tiene un gran aporte en proteína. Hay que destacar el trabajo investigativo y todos los aportes del Semillero Chi’xi Grandín para que hoy tengamos este proyecto empresarial”.

Por su parte, la estudiante Karen Mora invitó a la comunidad a conocer este producto y seguir innovando con los aprendizajes que adquieren en las aulas.

Finalmente, la lombricultura, una práctica ecológica en la que se basa este proyecto, se centra en la crianza de lombrices para la producción de lixiviado y compost, productos altamente nutritivos que son útiles para la agricultura y la mejora de suelos. Este enfoque no solo facilita la producción de alimentos, sino que también aborda el manejo de desechos orgánicos, promoviendo un ciclo de producción sostenible y minimizando la huella ambiental.

La iniciativa “Bocados Terrosos” contribuye así al cumplimiento de los acuerdos establecidos en la COP 16, especialmente en lo que respecta a la conservación de la biodiversidad de fauna y flora en Colombia. Al involucrarse en prácticas de bajo impacto ambiental, el proyecto se posiciona como un referente en la sostenibilidad del sector zootécnico, mostrando que es posible producir de manera ecológica y responsable.

“Bocados Terrosos” es mucho más que una hamburguesa de carne de lombriz: es un llamado a la acción para combatir el hambre, promover el desarrollo sostenible, la igualdad de género, el trabajo digno y la preservación del medio ambiente. Esta iniciativa invita a las familias de García Rovira y de Colombia a considerar nuevas fuentes de proteína, y a emprender en un modelo que combina la nutrición, el cuidado ambiental y el desarrollo económico, bajo los principios de equidad y sostenibilidad.